domingo, 17 de enero de 2016




¿Cómo puedo dejar de sentirme tan solo?

Lo que puedes hacer

1. Concéntrate en tus puntos fuertes. Es bueno estar al tanto de cuáles son tus defectos, pero sin duda tienes mucho que ofrecer. Si estás consciente de tus puntos fuertes, te sentirás más seguro, podrás librarte de la mala opinión que tienes de ti mismo y vencer la soledad. Pregúntate: “¿Cuáles son mis puntos fuertes?”. Piensa en tus virtudes y habilidades.

2. Interésate por los demás. Comienza interesándote por unas cuantas personas. Jorge dice: “El simple hecho de preguntarle a alguien cómo está o qué tal le va en el trabajo puede ayudarte a conocerlo mejor”.

3. Aprende a ponerte en el lugar de los demás. Aunque no estés de acuerdo con alguien, ten paciencia y deja que diga lo que piensa. Céntrate en las cosas en las que sí concuerdas. Y si opinas algo diferente y crees que debes decirlo, hazlo con tacto y con calma.





Una sugerencia: Háblales a los demás como te gustaría que te hablaran a ti. Si discutes constantemente, te ríes de la gente y la insultas o la criticas con aires de superioridad, nadie querrá estar a tu lado. Caerás mucho mejor si sigues el siguiente consejo bíblico: “Sean siempre amables e inteligentes al hablar”.
www.jw.org
Por cierto, recuerda que una conversación es un diálogo entre dos personas, no un monólogo. A la gente le gusta que la escuchen. Y si eres tímido, este es un punto a tu favor, pues no tienes que llevar el peso de la conversación.

sábado, 16 de enero de 2016

Cómo perdonar

LAS CAUSAS

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Manipulación. Hay quienes se niegan a perdonar a su cónyuge a fin de poder manipularlo más adelante. Entonces, en la siguiente discusión, sacan a relucir el problema no resuelto para salirse con la suya.
Resentimiento. Las heridas de una ofensa pasada pueden tardar mucho en sanar. Uno podría decir que ha perdonado, pero quizás guarde resentimiento e incluso tenga deseos de desquitarse}
Desilusión. Muchos comienzan su matrimonio creyéndose que su vida será un cuento de hadas. De modo que cuando surgen peleas, se preguntan cómo es posible que su alma gemela piense tan distinto a ellos, y se niegan a ceder. Las expectativas irreales lo pueden hacer a uno más propenso a criticar y menos propenso a perdonar.
Conclusiones equivocadas. Muchas personas creen que si perdonan a su cónyuge, saldrán perdiendo. Piensan, por ejemplo:
“Si lo perdono, es como restarle importancia a su falta.”
“Si lo perdono, tendré que olvidar lo que me hizo.”
Si lo perdono, tendré que soportar que me lo siga haciendo.
En realidad perdonar no implica nada de lo anterior. Pero aun así puede resultar difícil, sobre todo en una relación tan íntima como la de pareja.

LO QUE PUEDE HACER

Trate de comprender qué implica el perdón. El término bíblico que se traduce por “perdonar” también puede significar “abandonar”. Así que perdonar no siempre exige olvidar lo que pasó o minimizar las faltas. En ocasiones simplemente implica “abandonar” el tema, por el bien de uno y el de la relación.
Piense en las consecuencias de no perdonar. Algunos expertos opinan que quien guarda rencor corre un riesgo mayor de sufrir problemas físicos y emocionales, como la depresión o la hipertensión, y eso sin mencionar el daño que sufre el matrimonio mismo.

SI TIENE QUE DISCULPARSE

Si ha herido a su pareja, pida disculpas sinceras. Incluso si no está de acuerdo con la forma en que su cónyuge ve el asunto, puede pedir perdón por haber herido sus sentimientos. Si se esfuerza por no repetir el error, le dará razones para creer que sus disculpas fueron sinceras.

Tres grandes errores sobre la moda y cómo evitarlos

Error # 1: Dejar que la publicidad te diga cómo debes vestir.

“A veces ves tantos anuncios de algo, que te termina gustando —dice una joven llamada Theresa—. Cuando te están bombardeando con imágenes de personas con el mismo estilo, es muy fuerte la tentación de imitarlo”.
La publicidad no solo influye en las chicas. Según el libro The Everything Guide to Raising Adolescent Boys (Una guía completa para criar chicos adolescentes): “Los chicos también se dejan llevar por la moda [...]. Desde pequeños son el blanco de anuncios publicitarios”.

Error # 2: Elegir un look que esté de moda solo para encajar con los demás.

“Cuando un estilo de ropa está de moda —dice un chico llamado Manuel—, todo el mundo lo usa. Si no lo llevas, te critican”. Una joven llamada Anna dice algo similar: “Lo que importa no es solo estar a la moda, sino que te acepte tu grupo de amigos.”

Error # 3: Cuanto más sexy, mejor.

“La verdad es que a veces me dan ganas de usar ropa un poco atrevida; por ejemplo, ponerme algo muy corto, muy ajustado o muy revelador”, comenta una muchacha llamada Jennifer.
Las Tareas 

La tarea te abruma


La verdad es que hay tareas que requieren tanto de ti que es más fácil dejarlas a un lado. Pero mejor intenta seguir estos consejos:
    ” 
  • Haz la tarea por partes.Aunque sepa que estoy atrasada, trato de ir poniéndome al día haciendo las cosas poco a poco”.
  • Empieza cuanto antes. Comienza la tarea tan pronto como la recibas, aun cuando lo único que puedas hacer en ese momento sea apuntarla en tu agenda o ir anotando algunas ideas antes de que se te olviden.
  • Pide ayuda. Tus padres y maestros quizá hayan tenido que hacer algo similar. ¿Por qué no aprovechas su experiencia? Puede que ellos te ayuden a ordenar tus ideas y a trazar un plan.

Sugerencia Haz un horario. Es cierto que eso exigirá que seas organizado y te resuelvas a seguir ese horario; pero vale la pena: tendrás todo listo para cuando tiene que estar listo.
Comienza por lo más fácil.Alguien me dijo una vez que las tareas que no toman más de cinco minutos deben hacerse cuanto antes —comenta una chica llamada Amber—. Esto incluye limpiar, guardar la ropa, lavar los platos y hacer una llamada telefónica.

No tienes ganas ni inspiración


A menudo, las tareas que te tocan requieren que hagas justo las cosas que más te aburren. En esos casos, las siguientes sugerencias te servirán.
  • Piensa en una ventaja de empezar pronto. Por ejemplo, imagínate lo bien que te sentirás cuando hayas terminado. “Me encanta la tranquilidad que siento cuando acabo algo a tiempo o veo que voy adelantada en mi horario”, comenta una chica llamada Amy.
  • Ten presentes las consecuencias. Seguir posponiendo las cosas solo te causa más estrés y te quita la oportunidad de obtener los mejores resultados.
  • Imagínate que la fecha límite es antes. Me conviene hacer una tarea como si tuviera que entregarla uno o dos días antes de la fecha límite —dice Alicia—. Así tengo oportunidad de revisarla y hasta me sobra tiempo.

  • Sugerencia Todo es cuestión de que te lo metas en la cabeza. Necesitas decirte a ti mismo que harás lo que debes hacer y que nada te lo impedirá. Cuando yo hago esto, logro cumplir con lo que me propongo.” 

EVITAR LA ENVIDIA

La envidia se define como un “sentimiento de tristeza o irritación causado porque alguien posee algo que uno no tiene o desearía”. Es como un tumor maligno que invade a la persona y acaba con su felicidad. ¿De qué se alimenta? ¿Cómo se puede identificar y combatir?
La Encyclopedia of Social Psychology (Enciclopedia de psicología social) señala que el ser humano tiende a envidiar a quienes considera que están a su mismo nivel, ya sea por la edad, la experiencia, la posición social, etc. Por ejemplo, un vendedor no envidiaría a una estrella de cine, pero sí a un colega suyo que tuviera más ventas.

3. AMAR AL PRÓJIMO

El libro Social Psychology (Psicología social) asegura que “las relaciones personales influyen más en nuestro bienestar que el empleo, el salario, la comunidad y hasta la salud”. En otras palabras, para ser feliz, el ser humano necesita dar y recibir amor. “[Si] no tengo amor, nada soy”. 


la salud depende de la Actitud

La Salud Depende de la  Actitud 













¿Qué opina? ¿Qué determina la felicidad?
  • Las circunstancias
  • Los genes
  • La actitud
QUIENES creen que la felicidad depende de las circunstancias piensan: “Yo sería feliz si tuviera...
  • ... más dinero”.
  • ... un buen matrimonio”.
  • ... mejor salud”.
Pero lo cierto es que la manera de ver las cosas suele influir más en la felicidad que las circunstancias y los genes. Y qué bueno que sea así pues, a diferencia de la genética y las circunstancias —sobre las que tenemos poco o ningún control—, todos podemos controlar nuestra actitud ante la vida.